ANA LEÓN BLANCO

ARSFILOLOGICA/EA7JQY


Bienvenidos a mi web personal. Ya era hora poder disponer de un espacio personal en donde tener recogida toda la documentación que estoy generando y que no pueda compartir por otros medios y plataformas.

 

Para quienes no me conozcan, soy crítica musical especializada en folk metal y estilos  afines. No soy muy habitual a ir de conciertos, son pocos a los que suelo asistir debido a mi discapacidad y el hecho de que no todos los eventos, ni todas las personas se encuentran preparadas para ello, ya que no es una discapacidad física o sensorial. Por este motivo, mis especialidades son los análisis de álbumes/discografías y las entrevistas por escrito.

La música es mi vida, la música es mi musa.

Volver a escribir sobre música después de un parón de más de cinco años me está dando la vida. 

Volver a enfrentarme a los problemas que conlleva la creación artística me están haciendo reflexionar sobre ellos y, en la medida de mis posibilidades, tratar de buscar soluciones a mis propios problemas personales así como hacer un puñado de reflexiones sobre mis propios pensamientos enfocados en la música y más concretamente en el metal.

 

Llevaba tiempo preparándome para volver a escribir sobre música pero no soy la misma que escribía en 2012, como la Ana de 2012 no se parece a la de 2009 ni a la de 2006 ni a la de 2002 ni a la que empezó a escribir siendo una niña. Pero fue una decisión difícil el empezar a dar los primeros para volver a escribir. ¿Y cómo lo haría? ¿En donde? ¿Para quién? ¿Con qué estilo? ¿Sobre qué escribiría? 

 

Pero León Blanco ¿Sabes a que té enfrentas entrando a escribir sobre metal? Me pregunté mientras tamborileaba con el boli en frente del ordenador cuando estaba buscando páginas y blogs sobre metal después de haber escrito mi primera crónica de un concierto tras más de cinco años.

 

Muchos miedos me asaltaron mientras hojeaba páginas, más páginas, blogs personales... ¿y si me hago un blog personal? Meh, para eso ya tengo Wattpad, musitaba abriendo y cerrando la pestaña de la web mientras canturreaba mi canción preferida en aquel momento.

 

Tenía en la mente un montón de recuerdos, algunos dolorosos otros agradables de cuando eché a andar con mis reseñas de rap en 2000 pero ahora la cosa estaba siendo muy distinta. Ana, ¿Sabes que te pueden rechazar y discriminar por tu pasado? Me arriesgo a ello pero lo asumo. Sé que hay mucha gente que escuchan un solo estilo de música y no quieren ni oír hablar ni de otros ni de variaciones del suyo por h o por b. Si en el mundo del rap se reivindica el yo poético en el metal más que ese yo, es la sensación de hacer algo en conjunto más importante que el resto de personas. 

 

Me voy a ser fiel y lo voy a confesar: conozco el mundo del metal lo suficiente como para intuir que hay un sector que desconfía, se pone a la defensiva, incluso se vuelven violentos, cuando alguien de otro género se les acerca. No sé, por una parte no me extraña, por otra me enternece, por otro lado, pues lo veo un poca estúpido. 

 

Hay y ha habido miles de bandas de un montón de estilos en casi todos los países y pretender abarcarlos todos es una locura ¡a nadie se le ocurriría jamás semejante cosa! Sin embargo, cuando a alguien de esos ortodoxos le dices "pues yo empecé a escribir primero sobre música electrónica, después sobre reggae, ragga/dancehall y sobre el reggaeton en 1999 cuando surgió así como del rap, de música andalusí, barroca, medieval y sobre la música en la poesía de Bécquer" al leer reggaeton automáticamente dejan de hablarme o incluso en redes sociales dejan de seguirme. No es algo que me importe mucho o me pille de nuevas, al contrario, me lo esperaba y hasta me hace gracia que haya gente con prejuicios tan tontos.

 

Sí, soy de esas personas que consideran todas las músicas por igual pero que la elección personal depende de nuestros estados anímicos, contextos o simplemente empatía. Y no, no escucho de todo ni todo me gusta. De hecho soy bastante rarita en cuanto a música. No me suelen gustar los grupos "canon" sino que prefiero otros con menos seguidores pero con mucha riqueza en cuanto a originalidad, tampoco me gusta todo tipo de música. Lo siento en el alma, pero de lo que llevo escuchado a lo largo de mi vida hasta estos momentos puedo decir que no trago ni el italo disco, ni el enka japonés, ni la canción ligera española, ni el pop, ni el gothic depressive metal, ni el country americano, ni la música electrónica ochentera fuera de Kraftwerk.

 

El reggaeton me es indiferente. Ahí se queda en estos momentos porque ya lo tuve que estudiar en su día y a fecha de hoy poco o nada me aportan. Sin embargo, en estos momentos prefiero el folk metal, lo veo un auténtico filón que explotar pues no solo tiene tras sus espaldas la riqueza histórica del rock sino también la de la música popular de raíz más antigua como la celta, la música nórdica o la prehispánica, por ejemplo.

 

Y no, no me considero metalera. ¿Será este el motivo por el que algunos me repelen? Ahora va a resultar que voy a tener que sacarme una cédula de limpieza de sangre para escuchar metal... pienso mientras voy dándole vueltas a la idea de volver a escribir sobre música pero centrándome en el metal.

 

¡Qué demonios! Creo que ya tengo claro algo de lo que me preguntaba a mí misma. Ahora el dónde: seguía buscando y encontré una webzine sobre metal que daba preferencia a bandas locales de Sevilla capital y provincia y se veía coqueta en cuanto a limpieza de estilo en escritura, buena calidad de imágenes y contenidos. Oé, que buscan redactores, pues tras pensarlo mucho, lo vi claro, este es mi sitio. Con toda la humildad les escribí presentándome y exponiendo qué quería. 

 

Lo siguiente fueron varios correos intercambiados bastante rápidos hasta que nos fuimos conociendo. Así fue cómo empecé a escribir en Sevillametal a finales de mayo de 2017. 

 

Ahora, un año y pico después de estar publicando, me siento en deuda con mis compañeros por todo lo que me aportan desde el momento que empecé a publicar con ellos. No sé qué me deparará la vida pero no he visto nada de hostilidad ni rechazo ¡al contrario! He visto lo mejor del mundo del metal, he visto que existe buena gente, que hay formalidad, que hay más tolerancia y sobre todo, hay cordialidad. 

Mis miedos se han disipado y a fecha de hoy, no me arrepiento aún de haber vuelto a la música.

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