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Burrada Histórica I

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Recreación de arqueros montados de época romana.

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BURRADA HISTÓRICA I. Recreación de arqueros montados de época romana.
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Resumen.

Español. Esta entrada es una guía muy básica destinada a aquellas personas que se acercan por primera vez al tema de la recreación histórica de arqueros a caballo. Con especial atención, nos fijaremos en la preparación indispensable de caballos y jinetes antes de recrear, las distintas modalidades regladas de tiro con arco a caballo para las exhibiciones, la indumentaria, el armamento y la guarnicionería mínima para caballería romana.

Palabras clave: equinos, historia, cultura romana, equitación, usos y costumbres, enjaezamiento histórico, tiro con arco, arqueros históricos, tiro con arco a caballo.

 

Inglés. This entry is a very basic guide intended for those people who are approaching for the first time the topic of the re-enactment of archers on horseback. With special attention, we will look at the indispensable preparation of horses and riders before recreating, the different regulated modalities of archery on horseback for the exhibitions, the clothing, the armament and the minimum Saddlery for Roman cavalry.

 Keywords: horses, history, Roman culture, horseback riding, uses and customs, historical swathling, archery, historical archers, archery on horseback.

 

русский. Эта запись является очень основным руководством, предназначенным для тех людей, которые приближаются в первый раз тема исторического отдыха лучников на лошадях. С особым вниманием, мы будем смотреть на незаменимую подготовку лошадей и всадников перед воссозданием, различные регулируемые условия стрельбы из лука на лошадях для выставок, одежды, вооружения и минимального гарнизона для римской кавалерии.

 Ключевые слова: лошади, история, римская культура, верховая езда, использование и обычаи, исторические валки, стрельба из лука, исторические лучники, стрельба из лука на лошадях.

Índice:

 

0. Enlaces de consulta y bibliografía.

1. Introducción.

2. Preparación de la zona de entrenamiento y medidas de seguridad en la zona de lanzamiento.

3. El entrenamiento del arquero a caballo.

4. Preparación del caballo para tiro al arco.

5. Forjando vínculos entre caballo y arquero.

6. Jinete del siglo XXI antes que recreador de un arquero a caballo.

7. ¿Cuál es el mejor caballo para tiro con arco histórico en época romana?

8. Indumentaria del arquero a caballo en época romana.

9. El armamento, con principal atención de arcos y flechas.

10. Impedimenta y guarnicionería para los caballos.

11. Conclusiones y apreciaciones.


Ante todo, vayan mis fuentes por delante y los sitios web que he consultado para esta entrada con la intención de evitar que los más perezosos al no llegar al final atribuyan a esta escritora contenidos que no son suyos. Buena parte de la información que he manejado se encuentra en la sabiduría popular de aquellas personas que dedican su vida a la doma y pupilaje de equinos gracias a las cuales he conseguido la orientación adecuada para empezar a andar en este camino del tiro con arco a caballo y así poder construirme una idea de lo que ha de ser un arquero montado en el siglo XXI.

 

0.  Enlaces de consulta:

Ø https://archerxtreme.com/mongolian-horse-bow/

Ø https://www.uyanajacu.com.ar/2020/08/31/historia-del-tiro-con-arco-arqueros-a-caballo-de-oriente-oriente-y-el-mundo-antiguo/

Ø http://ihaa.info/index.html

Ø http://xlegio.ru/ancient-armies/missile-weapons/early-bow-design-and-construction/

Ø https://worldarchery.sport/news/178461/archery-history-horseback-archers-east-orient-and-ancient-world-1

Ø https://fite-net.org/en/tir-a-l-arc-a-cheval/

Ø https://drive.google.com/file/d/1DonvtXpurxxEGFIkKD2JHThtO2lzsO_V/view

Ø https://www.bow-international.com/features/the-history-of-horseback-archery/

Ø https://ws199.juntadeandalucia.es/almacen/libros/Cuadernos_de_Aula_Taurina/El_Rejoneo/files/assets/basic-html/page43.html

Ø https://blog.terranea.es/razas-caballos-espana/?fbclid=IwAR10xzWKjv79Z0o1gHZIEkTuBDEBBBtETsuM296OwBqr3_JM7mEnHr9rR7k

 

Bibliografía consultada por recomendación para esta entrada:

 

Ø ARMY OF THE ROMAN EMPERORS,  FISCHER, T. (2017). Hardcover Edition: ISBN 978-1-61200-810-3 Digital Edition: ISBN 978-1-61200-811-0

Ø EL BIENESTAR DE LOS CABALLOS. Pautas, recomendaciones y buenas prácticas. www.pavo-horsefood.es

Ø EL ARQUERO HISTORICO, Hernández Rueda, I. (2020). https://galiarco.com/libro-el-arquero-historico.html?fbclid=IwAR2E8ovnSDBLxSOhw2rSWtABWa9JbFSsNFDRGu92ts7SY0tzWVBxMDs6hOg

 

Agradecimientos:

A esas personas humildes que se han soportado los interminables interrogatorios a los que les he sometido y han colaborado dándome su humilde opinión para plasmarla aquí y que de esta manera aprendamos todos de su saber.

 

Créditos de las imágenes reservados a sus respectivos autores.

 

 

1. Introducción.

No ha mucho tiempo llegan hasta mí burradas sobre el tiro con arco en época romana que me provocaron dudas a las que intentaba encontrar respuestas que generaban más dudas, lo mismo que a las personas a las que consultaba. A veces me han llegado a sorprender algunas contestaciones por la imaginación y el ingenio para inventar, pero otras tantas he llegado a sentir un desasosiego enorme. Así que me fui a buscar personas y consulté fuentes de referencia tanto dentro como fuera de España, aunque no sea de tiro con arco a caballo, pero sí de doma y de preparación de jinetes en disciplinas donde las manos permanecen ocupadas y no controlando las riendas como es en el par de las banderillas a dos manos en el rejoneo.

 

Militarmente hablando, la última guerra importante en la que participaron arqueros a caballo fue en el siglo XVIII y que, desde entonces, han quedado relegados al ámbito deportivo y de ocio. Antes de esta fecha, llegaron a formarse unidades especializadas en todas partes del mundo siendo especialmente apreciadas las de Mongolia, India y la Zona Caucásica. En la Antigüedad, la mayor fama la acarreaban los pueblos escitas, como los Pazyryk, llegando a granjearse fama por todo el mundo conocido y creando alrededor de ellos una mitología que pasaría al mundo grecolatino.

 

Pero no solamente había arqueros a caballo en el ámbito militar, sino también en la cacería o como deporte de tiro al blanco en distintas épocas, dato que hay que tener en cuenta para poder ampliar y diversificar los entrenamientos así como las exhibiciones.

 

Aunque se podría hacer un repaso pormenorizado de todos y cada uno de los periodos en cada región, vamos a acotar esta entrada a la recreación en época romana. Lo primero de todo es saber que Roma no destacó ni en equitación ni en tiro al arco como disciplinas militares, por lo tanto, sus mejores activos eran tropas auxiliares mayoritariamente reclutadas entre los indígenas de aquellos territorios que pretendían conquistar.  Esto es sabido desde siempre, se conservan suficientes fuentes escritas y pruebas arqueológicas que así lo corroboran.

 

Actualmente aventurarse a recrear un arquero a caballo de cualquier época y región requiere de mucho tiempo, mucha paciencia y muchos medios, no solamente económicos, sino también de equipos adecuados y fidedignos. Esta entrada en el blog tiene una finalidad concreta: ser una toma de contacto desde el sentido común y la sensatez para no terminar haciendo burradas que pueden tener consecuencias bastante serias.

 

Lo primero de todo es tener claro que montar a caballo y ser jinete/amazona son dos cosas muy distintas. No es lo mismo que alguien monte a lomos de un caballo de manera puntual o para una sesión de fotos que hacerlo de manera disciplinada como actividad deportiva o incluso como modo de vida. Decir “quiero recrear un arquero parto, sasánida o romano a caballo” es tremendamente fácil pero hacerlo, veremos paso a paso, que no lo es y que llegar a hacerlo no es baladí, ni se hace de un día a otro.

 

Si previamente se sabe montar a caballo con cierta destreza, ya sea doma vaquera, clásica o al natural, facilita mucho la tarea, así como saber disparar con arco. Los preparativos para ir empezando se deben hacer pie a tierra, sin el caballo. Después vendrá todo lo demás.

2. Preparación de la zona de entrenamiento y medidas de seguridad en la zona de lanzamiento.

Si después de mucho meditar, nos hemos propuesto emprender la misión de prepararnos para hacer tiro con arco a caballo, tendremos que buscar un lugar adecuado para su desarrollo donde tengamos todos los elementos necesarios. Para mayor comodidad, esta actividad es preferible llevarla en espacios abiertos y centros adecuados con una distancia de seguridad suficiente de otras personas y animales para que no resulten dañados.

 

La zona de entrenamiento es la parte que no se ve y en donde se desarrollará nuestro proceso de aprendizaje. Conforme nos vayamos haciendo con los equipos más básicos, se podrá ir avanzando en adecuar la zona para recrear cómo sería en época romana, usando elementos naturales en vez de sintéticos como por ejemplo sacos de yute rellenos de paja con las dianas pintadas.

 

A menos, siguiendo las indicaciones de la International Horseback Archery Alliance (IHAA) la pista debe de 1.5-3m de ancho y los límites de la vía deberán estar claramente delineados, generalmente por una cuerda, barrera o tierra elevada, salvo que se vaya a hacer un evento específico en los que medidas y delimitadores se podrán variar de manera adecuada.

 

Idealmente, el límite de la pista debería ensancharse ligeramente de una manera similar a un embudo en ambos extremos (para ayudar al caballo a entrar en la pista delineada para jinetes diestros y zurdos). Habrá espacio suficiente más allá de las líneas de salida y meta para que el caballo pueda entrar en la pista sin problemas, y para reducir la velocidad y detenerse con seguridad durante la carrera. Los primeros 5m de pista antes de la salida / más allá de la meta, deben ser rectos.

Se sugiere una pista de carrera de 25 m de entrada/salida como mínimo con límites delineados, más allá de las puertas de acceso en ambos extremos para eventos de pista recta. Las salidas de carrera no tienen que ser una línea recta, pero no deben curvarse demasiado fuertemente (el mínimo en el interior el radio de la curva es de 10 m). Si se curvan la dirección de la curva debe (si es posible) ser hacia el objetivo para ayudar a los caballos a seleccionar la aplomatura correcta hacia el objetivo (ver diagrama).  

 

Si se comparte actividad con arqueros zurdos, la configuración de la pista debe ser igualmente justa para zurdos y diestros. Los objetivos deben estar a las mismas distancias a lo largo de la pista en ambos sentidos y un espacio de parada seguro para todos. Cualquier otra variación / desventaja (por ejemplo. inclinaciones, factores externos que podrían influenciar al caballo) debe minimizarse.

 

Durante las exhibiciones con público, los espectadores deben estar obligados a mantener una distancia segura de la pista que será determinada por la organización con un mínimo recomendado de 5 m. No se debe permitir caballos que no sean los que vayan a participar en entrenamientos o exhibiciones en la arena o en las proximidades a la pista o dentro del área de espectadores.

 

Si se va a hacer un calentamiento previo a una exhibición, se necesitaría una zona tranquila para caballos y arqueros sin necesidad de zona de tiro.  Si la configuración del lugar lo permite, entonces sí se podría poner una pista de práctica / calentamiento para montar apta para tiro.

 

Cabe la posibilidad de cronometrar cada exhibición para su análisis posterior o bien con fines competitivos. Si decidimos adaptar nuestro proyecto de recreación a alguna de las tres modalidades deportivas internacionales reconocidas (Hunt Track, Raid y Tower) con el fin de tener unas reglas marcadas entendibles por los arqueros contemporáneos, deberemos implementar a nuestra formación las normas básicas de cada una de ellas y hacer las adaptaciones adecuadas al periodo histórico a recrear.

 

A continuación se recogen los diagramas más comunes (no todos los oficiales ni los alternativos) empleados en las tres disciplinas deportivas de tiro al arco y que, cara a exhibiciones, se pueden adoptar a los arqueros montados de recreación histórica de época romana.

 

A. Tower.

a) T-110

 

b) T-90

 

B. Raid.

a) Raid 2-3-5

 

b) Raid 2-3-3

 

 

C. Hunt Track.

El trazado es una pista sinuosa de varios cientos de metros de largo campo a través en ruta teniendo en cuenta las condiciones locales del terreno. Se pueden hacer varias pasadas, con un circuito variado o una sola si la pista es larga con una extensión máxima sola o combinada de 1500m.

 

El diseño de la pista ha de ser en todo momento seguro para caballos, jinetes y espectadores sin riesgo para su integridad. Tampoco se debe hacer modificaciones en el terreno que afecten al entorno natural o patrimonio arqueológico. Los tiros mínimos serían 6 y los máximos 30 por norma general.

 

Ejemplos de dianas para Hunt Track

Diana de 80cm de diámetro de cinco zonas WA/FITA80 o con diseño tradicional/histórico.

 

Diana de animales en formato 2Dy 3D.

 

 

En todo momento del aprendizaje se debe contar con una persona que se encargue de nuestro proceso de instrucción más que para enseñarnos técnicas, para evitar que se tomen malos hábitos que nos provoquen lesiones. 

 

3. El entrenamiento del arquero a caballo.

Si no se ha contado con una formación en materia de tiro al arco o de equitación desde la infancia, se requiere un esfuerzo bastante mayor conforme más edad tenga la persona para desarrollar ambas disciplinas y combinarlas. El primer paso es afianzar conocimientos de tiro con arco a pie, girando a ambos lados, una rodilla a tierra, dos rodillas a tierra, sentados en el suelo, sentados en un taburete bajo, en un taburete alto, caminando, a paso ligero, a la carrera y con obstáculos mientras se dispara en movimiento o incluso sentados en una mesa en las que ambas piernas caigan por el mismo lado obligando a alinear caderas, espaldas y rodilla para mantener el equilibrio (técnica básica para la monta a la amazona).

 

Las observaciones hechas en esta publicación resultan obvias, pero resulta más  común de lo que se cree olvidarlas, sobre todo aquellos arqueros que no dan suficiente importancia a entrenar el disparo sentados o caminado. Los puntos de apoyo y las referencias varían según la posición por lo que se hace necesario calibrar los movimientos para hacer un tiro lo más certero posible. Una vez se posee la suficiente destreza con el arco, cargando el carcaj con las flechas y disparando en movimiento y en estático, viene el siguiente paso, que es la preparación como jinete.

 

Lo mismo que para empezar a practicar tiro con arco no hay edad mínima, para empezar con la disciplina de la equitación, tampoco. Se requiere una buena base en equitación con un nivel mínimo antes de pensar en hacer tiro con arco a caballo. Requiriendo aún mayor destreza cuanto más fieles se quiera ser al periodo que se pretenda recrear. Si se decide hacer de época romana, hay que tener en cuenta que no usaban estribos y sus monturas, las cornicula, se ajustan al muslo para dejar la gobernanza a las piernas, con las riendas descansando suavemente sobre el cuello del animal, a la cintura o sujeta en una de las cuernas delanteras, lo que supone un mayor tiempo de preparación que en otros periodos donde sí se usaban estribos para conseguir un resultado satisfactorio.

 

El accesorio fundamental para un arquero montado es el anillo de pulgar hecho en cuerno, hueso o cuero. Sin embargo, debe asegurarse de usar un guante de arco si se considera necesario durante los entrenamientos, que protege el reverso de la mano de lesiones. Los arcos de equitación se utilizan sin estante, es decir, se disparan sobre el reverso de la mano. Por supuesto, también puede utilizar un limitador de puntos de levas para que sea más fácil para los principiantes. Los jinetes avanzados, sin embargo, no necesitan generalmente estos accesorios del arco del montar a caballo. De lo contrario, se recomienda el mismo material de protección y disparo que para otros tipos de hojas:

 

→ Protección del antebrazo, para principiantes preferiblemente más largos, que protegen su antebrazo del tendón de rebote.

→ Posiblemente un protector de tiras mamarias, especialmente para las mujeres, para que la flecha no se desvíe y cause lesiones en esta zona.

→ Tiro a objetivos o, para empezar, una bolsa de yute llena de tela o paja como objetivo.

→ Posiblemente una o más  flechas.

→ Un carcaj.

 

Otro punto básico de preparación del jinete consiste en adaptarse tanto a montar como a disparar previamente pie a tierra ataviado con la indumentaria de la época a recrear. No es lo mismo hacerlo con ropa deportiva actual que por ejemplo con casacas largas propias de los rejoneadores lusitanos, calzones de cuero, falda de seguridad de amazona, braccae celtorromanos, chilabas andalusíes o algún tipo de armadura, por ejemplo. La primera vez que nos vistamos con la indumentaria que llevaríamos, hemos de comprobar que podemos realizar con comodidad todos los movimientos que necesitemos: girar a ambos lados, alzar los brazos, extenderlos, doblar los codos, sentarnos y ponernos en pie, principalmente.

 

En cuanto nos demos cuenta de algún impedimento en realizar los movimientos básicos, se recomienda modificar las prendas acortando, alargando, ensanchando o añadiendo aberturas extras manteniendo la forma original posible. Si son hechas a medida, directamente se pueden probar e ir ajustando antes de coserlas de manera definitiva.

 

En depende de qué exhibiciones y concursos de equitación histórica se requiere obligatoriamente llevar tocado o casco, por lo que se requiere preparación con estos elementos con el fin de detectar y solventar la presencia de puntos muertos a la hora de disparar.

 

4. Preparación del caballo para tiro al arco.

Hay un refrán que viene de antiguo que dice “para jinete nuevo, caballo viejo”. Si se puede contar con la suerte de contar con un caballo con experiencia en tiro al arco nos resultará más fácil prepararlo para realizar nosotros esta actividad. Pensemos que en ese sentido, el equino será nuestro principal maestro, nos indicará en base a su experiencia y aprendizaje cómo debemos actuar para sentirnos cómodos y él también. Si por desgracia no contásemos con esta suerte, nos tocaría empezar desde cero con un potro o con un caballo adulto previamente domado en otra disciplina.

 

La edad mínima para comenzar en exhibiciones es la misma que para la participación en competiciones, es decir, cuatro años, pero su doma y entrenamiento se realiza desde que nace para que se familiarice con los elementos de gobernanza. Domar un potro para cualquier disciplina requiere mucho trabajo y tensón, no se consigue de un día para otro y siempre es recomendable contar con la ayuda de expertos en doma para evitar vicios y errores. Estas son las 11 claves del entrenamiento del potro sea cual la disciplina a practicar y que no podemos obviar:

 

1. La edad de inicio dependerá de la raza de caballo y de la intensidad del entrenamiento.

2. Suavidad y mucha paciencia.

3. La compañía de un caballo tranquilo y equilibrado puede ayudar al potro.

4. Ten en cuenta el espacio vital y la zona de confort del potro.

5. Un entrenamiento inadecuado, rudo o contradictorio, tendrá efectos negativos.

6. No entrenar en solitario hasta que el caballo esté listo.

7. El ramal  debe tener un  sistema de liberación rápida.

8. Dos métodos principales: refuerzo positivo y refuerzo negativo.

9. Evitar la hiperflexión del cuello del caballo.

10. Acostumbrar al caballo a estar atado, a la presencia de otros animales y de personas así como a ruidos y objetos en movimiento.

11. Prestar atención al terreno de entrenamiento para evitar lesiones.

 

Sí o sí tendremos que recurrir a terceras personas para llevar a cabo todo el proceso de entrenamiento para ayudarnos a gobernar al animal, a nuestro proceso de aprendizaje y por si surgiera alguna incidencia. Hay que armarse de paciencia pues no es una tarea de un día para otro, ni de una semana, ni de un mes, sino que puede llevar por la parte más corta más de seis meses. Teniendo esto en cuenta, llega el momento de empezar con la doma pie a tierra.

 

Es fundamental que el caballo conozca los equipos: montura, elementos de gobernanza que se van a emplear, indumentaria y armas de recreación que se van a emplear, el código sonoro y táctil que nos servirá como transmisor de las órdenes que va a recibir. Si el objetivo es montar sin estribos, ha de enseñarse al caballo a obedecer sin usar estribos, lo mismo que si se va a montar sin hacer apenas uso de los elementos de control de cabeza y boca. El trabajo principal se hace llevando las riendas a la cintura, descansando suavemente en el cuello del animal o amarradas a uno de los dos cuernos delanteros de la curniculum. Por comodidad, si disparamos por el lado izquierdo, lo amarraremos al contrario para evitar enredarnos.

 

También hay que prestar atención al hecho de que hay que familiarizar al caballo con los sonidos que realiza el arco y la flecha cuando se dispara para que no se asuste. Esta tarea primeramente hay que realizarla pie a tierra, con el caballo en un estado de relajación y atentos a cualquier movimiento de extrañeza que haga. Una buena forma es dejar todos los elementos a su alcance para que los vea y los huela antes de emplearlos por primera vez. Poco a poco se puede hacer contacto con ellos muy despacio mientras se acaricia al animal para que compruebe y entienda que no le van a hacer daño.

 

Una vez comprobemos que el caballo no se asusta, no rehuye ni hace movimientos bruscos, se empezaría por enjaezarlo y realizar ejercicios a la cuerda al paso. No podemos permitirnos el lujo que por obviar algo tan simple como este ejercicio, cuando se le coloquen los equipos y los escuche, se espante y termine por echar todos nuestros esfuerzos por tierra, solamente porque extraña los ruidos que haga la fricción de la montura en el lomo o los elementos decorativos que lleve. Obviamente, un caballo acostumbrado al ruido de objetos metálicos, de murmullos o gritos será más complicado que haga una espantada.

 

El siguiente paso sería acostumbrarnos a disparar con el caballo al lado. Si previamente no se ha tenido experiencia de tener cerca caballos, el primero que sentirá miedo es el arquero y futuro jinete pues la alzada y fuerza del animal impone bastante respeto, más si no se conoce y no hay confianza.

 

5. Forjando vínculos entre caballo y arquero.

Caballo y jinete tienen que ser uno. Entenderse con un gesto, un chasquido de lengua, una caricia, el tono de voz y la tensión muscular. Forjar entre ambos coordinación, complicidad y confianza mutua resulta fundamental pues, en ello a ambos les iría la vida en combate, o la satisfacción de un trabajo bien hecho en la realización de cualquier actividad deportiva.

 

Hay muchas personas que pierden la sensación de disfrute, el placer de estar haciendo algo con un compañero fiel como es un caballo y terminan frustrados porque no salen los resultados como quieren en un tiempo delimitado. Bajo ningún concepto se puede culpar al caballo, ya que el animal no es responsable de nuestras aspiraciones.

 

Son muchas las actividades pie a tierra que hacen que ser humano y equinos forjen vínculos afectivos y de complicidad. Desde darle de comer, limpiarle los cascos, el momento del baño, el cepillarle, asear la cuadra, las caricias, el ofrecerle una actividad que le resulte agradable y que les den esa sensación de seguridad necesaria para que se encuentre a gusto con nosotros. Los ejercicios a la cuerda pie a tierra han de ser una rutina para calentar antes de subir sea cual sea la disciplina que vayamos a realizar.

 

Diferenciar el momento de broma y de trabajo en serio se hace fundamental durante el proceso de aclimatación entre montura y jinete. Se considera fundamental el mutuo entendimiento para comenzar a trabajar en conjunto por lo que si se dispone de medios y tiempo, no hay que descartarlo proceder a la preparación de dos equinos y dos jinetes a la vez con el fin de aprovechar mejor los vínculos que se establecen entre los caballos y las personas.

 

Difícilmente una persona que no sea capaz de llevar de manera correcta un caballo a reata sujeto por el ramal o las riendas, sea capaz de montarse en él y no acabar uno asustado y el otro en el suelo. Esa comunicación, sincronización del paso, persona-caballo en el día a día es lo que hace que se establezca un entendimiento básico para el desarrollo de cualquier actividad conjunto. Si no hay confianza mutua, habrá que descartar cualquier tipo de trabajo con el caballo.

 

6. Jinete del siglo XXI antes que recreador de un arquero a caballo.

 

Nunca bajo ningún concepto o circunstancia hay que olvidar cinco cosas:

 

1. La seguridad y el bienestar de jinete y del caballo. Esto está por encima del rigor histórico. Es inexcusable arriesgar la vida o integridad de animal y persona por una actividad lúdica. No todos los caballos están preparados para usar bocados o monturas de recreación histórica, por mucho que nos empeñemos y hay que aceptarlo.

2. Sentido común. No podemos exigir a un caballo que no ha ido nunca sin estribos, ni nosotros tampoco, que de un día a otro lo hagamos y encima disparemos con precisión quirúrgica.

3. Planear objetivos sencillos, ir paso a paso. Ya es un logro recrear un arquero a pie de cualquier época, poder contar con un caballo que nos acompañe en los entrenamientos y que además soporte un enjaezado histórico. No aspirar a lo máximo sin haber logrado lo más simple.

4. Antes de subirnos al caballo hay que comprobar que el animal está en perfectas condiciones, al igual que el equipo. El estado físico y anímico del jinete  también deben ser equilibrados. Si se ha tenido un mal día, se está de mal humor o demasiado nervioso, es recomendable dejar al caballo en el establo y hacerlo solo, o simplemente no montarlo.

5. Paciencia. Decidir hacer cualquier actividad supone aceptar los tiempos de cada proceso hasta conseguir nuestros objetivos.

 

En el momento que podamos contar con todos los elementos que vayamos a necesitar, tengamos suficiente confianza con nuestro caballo y con los equipos, llegó el momento de subir al caballo. Planteémonos si con ropa y equipo de doma adecuados lo hacemos correctamente. Si difícilmente somos capaces de gobernar con seguridad un caballo con estribos, bocado y usando las riendas, imposible será hacerlo dejando a nuestro compañero solo con las órdenes que podamos dar con nuestras piernas y nuestra voz, y encima disparando con un arco usando las dos manos.

 

Recrear es una actividad muy compleja que conlleva investigación y estudio en el escritorio, de arqueología experimental en el taller, laboratorio o a pie de calle, de ingeniería de los materiales, de ensayos y errores para aprender, de intercambio de ideas no necesariamente afines a las nuestras, de socialización, de aprendizaje, de decepciones y algunas alegrías. Recrear es sobre todo enseñar deleitando lo que vamos aprendiendo con nuestras experiencias personales y grupales. Los errores discrónicos y los avances históricos en recreación no estarían permitidos si no se saben explicar y razonar su presencia, aunque a veces es necesario incluirlos por bienestar animal, legislación o por comodidad del recreador al no poder usar uno más adecuado.

 

Tener a cargo un equino ya sea caballo, mular o asno implica cumplir de manera escrupulosa la legislación de tenencia de animales, así como si nos decidimos aprender y desarrollar esta disciplina en un centro ecuestre donde podamos disponer de animales que se adecuen a nuestras necesidades y además contar con el asesoramiento de profesionales que nos ayuden en el proceso. Personalmente soy partidaria de los centros ecuestres donde se ofrezca pupilaje de los animales en donde cuidarán y harán un proceso de doma adecuado el tiempo que no podamos disfrutar y trabajar con él.

 

Recrear implica comunicar. Lo mismo que se entrena equino y jinete para la disciplina de tiro con arco, la formación y modales del dúo ha de ser también adecuada para exhibición para todo tipo de público. Siguiendo las normas básicas de comunicación, un buen recreador debe manejar las cuatro disciplinas básicas: leer, escribir, hablar y escuchar. Muchas personas pueden sentir interés y acercarse a preguntar y si importante es saber, aún más es dar a conocer lo que se sabe de manera que se produzca un aprendizaje útil por parte de quien ha preguntado.

 

De nada sirve acumular un montón de datos si a la hora de exponerlos públicamente no somos capaces de ordenarlos y explicarlos de manera adecuada al nivel del público que tengamos. De la misma manera que un rejoneador no solamente ha de saber montar a caballo, lucir su indumentaria y hacer su trabajo,  ha de ser capaz de dar un buen espectáculo. De la misma forma, un buen recreador histórico ha de saber transmitir todo el trabajo previo más allá de la perfección en el disparo o colocar de manera correcta las piernas para controlar el caballo. La cordialidad, el respeto, la empatía y la paciencia se convierten en las máximas de cualquier comunicador.

 

Muchas veces habrá que tratar con público que querrá acariciar a nuestro caballo sin saber cómo actuar con equinos, es nuestro deber saber colocar al animal para que ninguna persona se acerque por detrás, donde tiene el ángulo muerto en la visión y por donde son más sensibles y vulnerables ante los ruidos y caricias. Aparte de los organizadores del evento, es también responsabilidad de cada jinete el comportamiento de su equino en público y su correcta forma de llevarlo y mostrarlo.

 

 7. ¿Cuál es el mejor caballo para tiro con arco histórico en época romana?

Respuesta fácil: el que podamos conseguir, enseñar y gobernar. Todas las razas de equinos aptos para doma son igual de válidos para el tiro con arco desde ponis a los grandes percherones pasando incluso por mulares y asnos. El único requisito básico es que tenga una buena doma para que no se asuste cuando el jinete dispare, sienta el tacto de las flechas, el carcaj, el arco (o arcos) y la indumentaria que se lleve.

 

Históricamente siempre se han valorado unas razas más que otras para esta actividad, lo mismo que se han buscado unas características morfológicas concretas para el tiro con arco. Aunque nos parezcan pocos, hay bastantes estudios sobre los distintos caballos empleados en cada época que están al alcance de todo el mundo a través de internet.

 

En la actualidad, se han ido estandarizando los ejemplares de morfología cada vez con más alzada y robustos difiriendo bastante con los que se empleaban en época romana, cuya alzada no llegaba al metro y medio a la cruz los más altos. Para hacernos una idea aproximada, vendrían a ser como los asturcones, los equinos de raza galega o los más rústicos de los returertos o marismeños en la Península Ibérica. Razas más cercanas al tallaje de un pony, siendo más concretos.

 

Desde que se buscaron los caballos más adecuados para esta disciplina, las características principales de estos animales se buscaban en rasgos de carácter como su docilidad, inteligencia, complicidad con el jinete, agilidad en los movimientos, facilidad para acatar órdenes, buena reacción a la pierna desde el muslo a los talones ya que para disparar con arco se usan ambas manos y no  elementos de gobierno en cabeza o boca.

 

Los caballos aprenden por hábitos, repetición y creación de rutinas. Para que un caballo aprenda algo nuevo ha de hacerlo poco a poco e ir introduciendo elementos nuevos paulatinamente para no causarle estrés. Cuanto más edad y mejor doma tenga el caballo, mejor capacidad de aprendizaje tendrá para retener las nuevas órdenes. Por referencias actuales, los caballos árabes, berberiscos y razas mestizas con ellas fueron los más apreciados por su resistencia aunque también influye mucho la climatología y la orografía del terreno a la hora de elegir el animal.

 

Históricamente, el continente asiático ha dado varios pueblos con un gran grado de experiencia y pericia en esta disciplina desde Japón a Turquía, desde Siberia a India desde el neolítico hasta el siglo XX. Ya en el siglo XXI la presencia de unidades militares de arqueros a caballo son simplemente testimoniales quedando la actividad relegada al uso deportivo o como valor etnográfico y patrimonial. En el Mediterráneo, su presencia vino introducida por el ejército romano principalmente, aunque ya había constancia de ellos entre griegos y egipcios aparte de los pueblos escitas/iranios, que fueron los que desarrollaron con mayor precisión esta disciplina.

 

Puestos a elegir un caballo con determinadas características morfológicas para recreación histórica de época romana, habría que elegir uno de una alzada inferior al metro y medio, de cuello corto y fuerte ya que una de las formas de tiro se realiza hacia adelante (comúnmente por el lado izquierdo) y un equino con mucho cuello puede resultar molesto para disparar la flecha, de la misma manera si se hace hacia los lados o hacia atrás (tiro parto). Es por este motivo que no se sujetan las riendas que se eligen caballos sensibles a los movimientos corporales y a las piernas principalmente. Pero se recalca que cualquier equino sirve y será bienvenido sea cual fuere su alzada o morfología, por lo cual se hace necesaria introducir la explicación correspondiente en caso de ser requerida.

 

En otra característica que hay que fijarse es en la pisada al paso, en el trote y en el galope. Cierto es que cuanto más envergadura, más será el balancelo durante el galope y más pericia se va a requerir para corregir la desviación de las flechas en los disparos. La primera vez subido en el caballo en estático se ha de analizar el espacio de maniobra con el arco tensado sin flecha, comprobar que la montura permite la correcta sujeción y movimiento para girar a derecha y a izquierda y que cuello y cabeza del caballo no suponen un obstáculo.

 

Si durante el paso observamos que la pisada vibra de manera inestable, tiene poca cadencia y el caballo cabecea mucho, durante el disparo se puede desviar el tiro y hacer daño al propio arquero, al caballo o a alguien por no tener suficiente estabilidad. Este problema se puede incrementar conforme se vaya aumentando la velocidad y es más difícil de controlar y corregir, sobre todo al galope, momento en el que el caballo no toca el suelo y quedamos sin punto de apoyo.

 

Al galope, el momento más propicio para el tiro se da cuando ninguna de las cuatro patas del equino tocan el suelo y queda suspendido en el aire. La práctica constante te dará la habilidad de conocer los aires de cada animal y el desarrollo del galope para disparar en el momento idóneo.

 

Llega el momento de recrear una vez se domine bien la técnica de tiro a caballo parado. Previamente se ha debido socializar de manera correcta al animal para que no sienta miedo del ruido, de otros elementos y lugares desconocidos. En buena parte se pueden evitar problemas si la actitud del jinete es confiada y segura de sí misma transmitiendo calma, control de la situación

 

8. Indumentaria del arquero a caballo en época romana.

La preparación de los equipos de recreación para nuestro animal y el nuestro son iguales de importantes de pies a cabeza, de boca a herradura. La fidelidad de nuestra indumentaria y la del enjaezado ha de brillar por su buen acabado en calidad y materiales, algo que dará vistosidad y fidelidad cara a cualquier exhibición pero también hay que tener en cuenta que no se debe sacrificar el bienestar nuestro ni el de nuestro compañero en pos del rigor.

 

El periodo de influencia y poder de Roma es homogéneo en todas partes ni durante todo el tiempo, por lo que hay que ser muy cuidadosos a la hora de elegir qué momento exacto vamos a recrear. Una vez lo tengamos claro, toca el proceso de documentación de equipos, armamento, atalajes de bestias e indumentaria. Hay piezas que pueden resultar válidas para varios periodos, pero otras no. No será lo mismo recrear un arquero a caballo de época republicana que tardo antigua, como así se podrá ir comprobando en las fuentes históricas y estudios de especialistas en la materia que vayamos consultando.

 

Las túnicas básicas no variarían entre las de infantería y de caballería durante todos los periodos ni en color ni hechuras aunque sí lo hacían como rasgos distintivos de rangos superiores. Lo mismo pasaba con cinturones y calzado. En cuanto a tipo de yelmo y armadura, en cada época y lugar se estilaban unos distintos, lo que conllevará informarse para mantener una coherencia, cohesión y contextualización dentro de nuestro proyecto.

 

Se han datado buena cantidad de espuelas de metales no ferrosos y hierro sujetas a las calcei (botas cerradas) de los jinetes. Las espuelas de ojales distintivos (con ojales para recibir correas para asegurarlos) se pueden distinguir de las de cabeza remachados (con las correas unidas por cabezas remachadas), que aparecen en el siglo 2 dne. A diferencia de las espuelas de influencia germana, las romanas no eran fijas, sino que se podían retirar a conveniencia.

 

Hasta ahora no se ha hablado del desembolso económico que supone llevar a cabo una recreación así, pero justo es tratarlo para prevenir y no llevarnos sorpresas por el elevado precio que algunas réplicas pueden costar, el coste de las clases o del centro ecuestre. A veces es mejor esperar usando elementos actuales que podamos usar diariamente y ahorrar para adquirir una pieza buena, que aventurarse a comprar algo de baja calidad, fuera de época y peor resultado solamente para salir del paso. Esta apreciación sirve con los atalajes para nuestro equino.

 

 

9. El armamento, con principal atención de arcos y flechas.

 

*Arco y flecha.

 

Los arqueros montados romanos mejor estudiados son los orientales. Tenían arcos reflejos o compuestos hechos de madera, tendón y hueso, y flechas con cabezas trilobadas, como las conocidas por los sagittarii que luchaban a pie. Cargaban con dos arcos como mínimo, así como distintas variedades de flechas en un carcaj tanto para ataques en cortina como para lanzamientos certeros.

 

El arco para tiro a caballo es mucho más corto que otros tipos de arcos para que se pueda disparar cómodamente en un caballo. No hay un límite superior ni inferior para su tamaño. La única regla es que no debe ser tan grande que estorbe al jinete. Por lo tanto, también es bueno como arco para principiantes, mejor sin un caballo. Como regla general, cuanto más pequeño sea el arco, mayor será la velocidad de disparo.

 

Se debe prestar atención a la distancia entre el borde de ataque de la proa y su punto de anclaje, la cual se puede calcular fácilmente. Se determina con la envergadura del brazo extendido de pie y una segunda persona midiendo la distancia de un dedo medio al otro. El resultado se aplica en las fórmulas siguientes:

 

ü Longitud de extensión en cm / 2.5 = Resultado

ü Resultado / 2.54 = Longitud de la extensión

 

O se puede utilizar una calculadora de longitud de extracción en línea, con la que puede calcular fácilmente su longitud de extracción.

 

En principio, se deben usar las mismas flechas para el tiro con arco a caballo que para cualquier otro tipo de arco y disciplina. Estos arcos se disparan tradicionalmente con flechas de madera o bambú, que son baratas e incluso se pueden autofabricar. Sin embargo, las flechas de madera no tienen las mejores características de vuelo y no son muy duraderas, pero son las más adecuadas para recreación.

 

Las flechas de carbono son las óptimas para la mayoría de los principiantes y arqueros semiprofesionales para los entrenamientos, independientemente del tipo de arco. Una desventaja es el hecho de que las flechas de carbono pueden astillarse fácilmente y sus fragmentos son prácticamente imposibles de eliminar de las heridas. Sin embargo, su relación precio-rendimiento es inmejorable siempre y cuando revises tus flechas para ver si hay daño antes de cada disparo, doblándolas ligeramente y escuchando un crujido suave, no hay nada que decir en contra de las flechas de carbono.

 

Las flechas de aluminio son en principio las mejores flechas disponibles, pero se doblan cuando golpean un objetivo duro. Así que si no son muy recomendables para arqueros principiantes.

Un criterio importante para la elección de las flechas es la longitud. Bajo ninguna circunstancia la flecha debe ser demasiado corta o demasiado larga, de lo contrario existe el riesgo de lesiones. Así que definitivamente debe determinar la longitud correcta de la flecha.

 

*Otro armamento.

Los arqueros contaban además con otro armamento ofensivo y defensivo como son escudos, lanzas, jabalinas y las spathas. También hay que fijarse en el periodo histórico para elegir los más adecuados para llevarlos de manera correcta cara a una exhibición.

 

 

10. Impedimenta y guarnicionería para los caballos.

Históricamente se establecen cuatro tipos de guarnicionería para los caballos que varían notablemente: época republicana, imperial temprano y medio, alto imperial y tardorromana. Solamente se admitiría el uso de estribos a partir de recreaciones de periodos posteriores al siglo IV.

 

Si vemos que nuestro caballo está más nervioso de la cuenta y no responde sin el uso de estribos, así como si no nos sentimos seguros a la hora de realizar el ejercicio sin ellos, descartarlos no es una opción. Los más adecuados deben ser unos de aspecto rústico y discreto que se puedan disimular debajo de la manta que protege el caballo de la fricción de la montura y de nuestro peso o bien que se puedan desmontar con facilidad para retirarse una vez estemos en posición estática para fotografías o si hay riesgo de terminar estribado (enganchado en el estribo).

 

No resulta complicado encontrar información veraz y bien documentada de los elementos recreados en caballería para inspirarnos, aparte de que cada vez se cuenta con mejores artesanos que consiguen en sus piezas un alto grado y nos pueden asesorar a la hora de elegir unas u otras.

 

En cuanto a los bocados de los distintos periodos, no han variado mucho de los actuales, aunque se recomienda consultar a expertos en morfología equina antes de usar uno de inspiración histórica para evitar lesiones en la boca del animal y problemas de rechazo de este.  Siempre se puede optar por la opción de exponer las réplicas de los equipos cerca del lugar donde se haga la exhibición presentadas de la forma que se considere más correcta. Un ejemplo es sobre una mesa engalanada y carteles explicativos en lenguaje de fácil entendimiento.

 

 

11. Conclusiones y apreciaciones.

No me cansaré de decirlo: sentido común y paciencia. Los caballos, ni ningún equino, son objetos de un solo uso y menos para una actividad de ocio y después nos olvidamos. Por mi afecto hacia los animales, en especial por los equinos, no puedo permanecer impasible cuando soy testigo de cualquier manifestación de una irregularidad en su manejo o simplemente se ven rebajados a meros objetos decorativos en fotos o exhibiciones.

 

Hacer algo, lo que sea, implica aceptar hacerlo bien. Y si algo merece la pena hacerlo bien, hay que hacerlo con cariño y contando con todas las herramientas posibles. Sinceramente, después del proceso de redacción de esta entrada en la que he contado con muchas manos en distintos puntos del planeta, de distintos ámbitos y sobre todo, con puntos de vista muy diferentes para conseguir dar respuesta a muchas dudas y más que han surgido durante esta publicación.

 

Hay cuestiones sencillas que doy por sabidas como el hecho de que al disparar desde el caballo, se debe contar con el desvío por la ubicación de la cabeza de este, que los equinos son sensibles a los sonidos cercanos a sus puntos ciegos, que al disparar el silbido puede asustar al caballo y que el rebote puede golpearle y golpearnos. Tan simples y tan importantes a la vez estas apreciaciones pueden hacernos comprender mejor por qué era tan complicado ser arquero a caballo.

 

En escasamente un mes he podido comprobar cómo mientras en los países occidentales la documentación de estudios sobre arqueros a caballo en época romana parece escasear, en los países del Este y en Asia es considerablemente mayor, incluso no resulta complicado hallar tutoriales para construir arcos, flechas y carcajes de algunos periodos. Pero lo más importante que he aprendido es que existen varios organismos internacionales que han establecido en la actualidad unos parámetros básicos para hacer de una manera reglada la actividad de tiro con arco a caballo. Esta investigación no ha hecho nada más que comenzar y estoy segura que después de esta publicación saldremos muchos burros a buscar los pastos para saber más, seamos o no jinetes, seamos o no arqueros.

 

Espero que os haya gustado y os haya sido útil esta entrada tanto como a mí escribirla. Os espero en la próxima Burrada Histórica.